02- Nobody warned you about me?

 

¿Nadie te advirtió acerca de mí? —dijo Marga mientras me arrinconaba contra la pared.

La tenía muy cerca. Inclinada sobre mí, con sus manos en la pared, podía notar su aliento en mi rostro cuando me hablaba. Noté como mis mejillas se cubrían de grana y tragué saliva.

El cómo habíamos llegado a esa situación era un misterio incluso para mí. Los días siguientes a la fiesta en el club habían transcurrido igual que los anteriores. Me levantaba temprano, desayunaba, le ponía su comida al Señor Wilson y me iba al trabajo en la línea 10 del metro. Soy programadora y estoy contratada en un estudio de videojuegos de cierto renombre. Hay quién piensa que nos dedicamos todo el día a jugar. Puedo asegurar que no hay nada más falso. En el estudio todos debemos trabajar muy duro para cumplir los plazos. Las posibilidades de que las cosas dejen de funcionar de repente son muchas y corregirlo tiende a llevar mucho tiempo y esfuerzo.

En todo caso, no volví a tener noticias de la misteriosa desconocida del club hasta que unas semanas después me asaltó al salir del estudio.

Hola. ¿Te acuerdas de mí? me había preguntado sonriente.

La miré de arriba a bajo. Llevaba una falda por encima de las rodillas de color teja y una camisa bajo una americana de un beige sutil. Por supuesto que no la reconocí. En el club llevada la cara tapada y su ropa era mucho más sugerente.

Disculpa le había contestado—, pero no te ubico. ¿Nos conocemos?

Mi expresión era de extrañeza. Estaba segura de no haber vista a aquella mujer en la vida. Ella sonrió misteriosamente antes de contestarme.

Nos conocimos en el Rope en la fiesta de máscaras. Yo fui quien te reclamó como mía. ¿Me recuerdas ahora?

Su actitud era altiva. Había entornado los ojos escrutándome, buscando algún indicio de mi respuesta. No tenía claro qué pensar de aquella mujer, aunque no podía negar que su forma de comportarse me atraía.

Te recuerdo. Cómo para no hacerlo esperé dos segundos antes de continuar—. Aunque yo no llamaría conocer a lo que sucedió aquella noche. Para empezar ni te presentaste.

Mi nombre es Marga.

Estiró la mano derecha a modo de presentación. Se la estreché justo antes de decirle mi nombre, aunque no fue necesario.

Sé que tú eres Susan y que trabajas aquí.Señaló con la cabeza el edificio en el que se encontraba el estudio.Sé mucho sobre ti. Todo lo necesario para saber que te quiero para mí.

Le solté la mano. Mi cara tenía, por fuerza, que mostrar mi asombro. La única explicación a aquello es que me hubiese estado siguiendo. Esta idea era aterradora. Por algún motivo en el que mi instinto de conservación estaba ausente, aquella afirmación me provocó una mayor atracción hacia Marga.

¿Eres una stalker?le pregunté directamente.

Deberías sentirte halagada de que me hayas interesado hasta el punto de recopilar la suficiente información sobre ti para saber que eres lo que necesito.

Se mantenía impertérrita, sin perder ese aire altivo que la volvía tan irresistible.

Yo a ti no te conozco. No sé nada sobre ti. Hasta ahora ni siquiera conocía tu rostro.

Eso tiene solución. Sé que terminaste tu trabajo por hoy. Te invito a un café en la pastelería de la esquina.

Creo que voy a rechazar tu oferta.

Comencé a caminar hacia la entrada del metro cuando noté que me agarraban del brazo por detrás. Era ella.

¿Qué haces? ¡Suéltame!

La respiración se me aceleró mientras el miedo empezaba a asomar a mi pecho.

No te lo estaba preguntando. ¿No sabes distinguir una orden de una petición?

Sus ojos eran fuego. Dos fuerzas opuestas dentro de mí parecían querer partirme por la mitad. Sabía que era peligroso y una locura irse con una desconocida de dudosa estabilidad mental. Pero por otro lado…

Conseguí mantenerme firme.

Lo sientodije mientras me sacudía para liberarme de su agarre.

Continué andando, pero ella me embistió y me arrastró hasta un callejón cercano. Me inmovilizó contra la pared y realizó esa pregunta mientras se mantenía muy cerca de mi cuerpo.

¿Nadie te advirtió acerca de mí? En el Ropes soy muy conocida. Saben que soy implacable. Siempre consigo lo que quiero, mi pequeña.

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